UNA GRATA SORPRESA
Esta es la historia de un matrimonio aparentemente corriente: David Reidy y su esposa Helen fundaron una consultora familiar en 1982 y, un año después, comenzaron a crear software de negocios para el ZX Spectrum. Sin embargo, al darse cuenta de que el dinero se movía más en el software lúdico, empezaron a programar juegos. Su primera creación, Crevasse and Hotfoot, logró muy buenas críticas por parte de los usuarios de Sinclair User.
Pero David llevaba tiempo pensando en cómo llevar a cabo Skool Daze y, con la ayuda de su esposa y su experiencia en el ramo de la enseñanza, logró sacar adelante este juego. Esto no fue fácil, ya que surgieron muchos problemas en lo relativo a las clases, actividades y darle libertad al personaje. Skool Daze es considerado uno de los pioneros del llamado "sandbox game", o juegos con libertad total.
Para los gráficos, contaron con la ayuda de su amigo Keith Warrington, quien logró darle un estilo muy particular. Esta fórmula exitosa la volverían a utilizar en la secuela de este mismo juego, "Back to Skool", y en el no menos aclamado "Contact Sam Cruise".
El protagonista de esta aventura, Eric, no es un buen estudiante y ha suspendido su evaluación. Nuestro objetivo es recuperar las notas, las cuales están muy bien custodiadas en la caja fuerte del despacho del director. Se dice en el colegio que el director, el señor Wacker, guarda la contraseña de dicha caja detrás de los escudos que presiden los pasillos del colegio.
Con la ayuda del tirachinas y algunas triquiñuelas más, intentaremos conseguir esa clave siendo cautos y sin dejar de asistir a las actividades y clases que nos toquen en cada momento del día. Aquí reside una de las fortalezas del juego. La otra, sin duda, es la posibilidad de hacer todo el mal que se nos pueda ocurrir. Para ello, el tirachinas o nuestros puños nos ayudarán bastante a la hora de demostrar quién manda en el colegio.
Siempre con la espada de Damocles de la expulsión encima, tendremos que tener cuidado de no ser vistos por ningún profesor o por el director usando nuestras malas artes y acudir a las clases que se nos irán anunciando con un toque de sirena. De lo contrario, acumularemos castigos en forma de líneas escritas, siendo las 10.000 el límite que nos llevará a la expulsión y a la finalización de la partida.
Una de las curiosidades del juego y sus virtudes es poder cambiar el nombre tanto de nuestro protagonista como de los compañeros o profesores del centro. Normalmente, acabábamos dándoles a todos los nombres de las personas que conocíamos en ese momento, lo que hacía la experiencia mucho más real y divertida.
Skool Daze, este trabajo de la pequeña y familiar compañía Microsphere, entró en el top 1 en todas las listas de la época.
Ahora, pasados los años, queda como uno de los juegos más originales y reconocidos de nuestro pequeño ZX Spectrum.
Es todo un clásico.
Esta es la historia de un matrimonio aparentemente corriente: David Reidy y su esposa Helen fundaron una consultora familiar en 1982 y, un año después, comenzaron a crear software de negocios para el ZX Spectrum. Sin embargo, al darse cuenta de que el dinero se movía más en el software lúdico, empezaron a programar juegos. Su primera creación, Crevasse and Hotfoot, logró muy buenas críticas por parte de los usuarios de Sinclair User.
Pero David llevaba tiempo pensando en cómo llevar a cabo Skool Daze y, con la ayuda de su esposa y su experiencia en el ramo de la enseñanza, logró sacar adelante este juego. Esto no fue fácil, ya que surgieron muchos problemas en lo relativo a las clases, actividades y darle libertad al personaje. Skool Daze es considerado uno de los pioneros del llamado "sandbox game", o juegos con libertad total.
Para los gráficos, contaron con la ayuda de su amigo Keith Warrington, quien logró darle un estilo muy particular. Esta fórmula exitosa la volverían a utilizar en la secuela de este mismo juego, "Back to Skool", y en el no menos aclamado "Contact Sam Cruise".
El protagonista de esta aventura, Eric, no es un buen estudiante y ha suspendido su evaluación. Nuestro objetivo es recuperar las notas, las cuales están muy bien custodiadas en la caja fuerte del despacho del director. Se dice en el colegio que el director, el señor Wacker, guarda la contraseña de dicha caja detrás de los escudos que presiden los pasillos del colegio.
Con la ayuda del tirachinas y algunas triquiñuelas más, intentaremos conseguir esa clave siendo cautos y sin dejar de asistir a las actividades y clases que nos toquen en cada momento del día. Aquí reside una de las fortalezas del juego. La otra, sin duda, es la posibilidad de hacer todo el mal que se nos pueda ocurrir. Para ello, el tirachinas o nuestros puños nos ayudarán bastante a la hora de demostrar quién manda en el colegio.
Siempre con la espada de Damocles de la expulsión encima, tendremos que tener cuidado de no ser vistos por ningún profesor o por el director usando nuestras malas artes y acudir a las clases que se nos irán anunciando con un toque de sirena. De lo contrario, acumularemos castigos en forma de líneas escritas, siendo las 10.000 el límite que nos llevará a la expulsión y a la finalización de la partida.
Una de las curiosidades del juego y sus virtudes es poder cambiar el nombre tanto de nuestro protagonista como de los compañeros o profesores del centro. Normalmente, acabábamos dándoles a todos los nombres de las personas que conocíamos en ese momento, lo que hacía la experiencia mucho más real y divertida.
Skool Daze, este trabajo de la pequeña y familiar compañía Microsphere, entró en el top 1 en todas las listas de la época.
Ahora, pasados los años, queda como uno de los juegos más originales y reconocidos de nuestro pequeño ZX Spectrum.
Es todo un clásico.