Nacida en 1986, sus fundadores no eran meros aficionados a la informática, sino que casi todos tenían ya una reputada experiencia, siendo la mayoría ex-empleados de Indescomp, y entre ellos se encontraba el aclamado Paco Suarez, creador de "La pulga".
Con todo preparado para trasladarse a su nueva oficina en Lavapiés, Madrid, recibieron una oferta mejor en una pequeña calle cercana a la plaza de Ópera, lo que los hizo decantarse por ella y a la vez resolver la duda que tenían sobre su nuevo nombre comercial.
Curiosamente, decidieron utilizar para su programación el sistema PMDS de Philips, que al tener un entorno multiusuario les permitía emular todos los ordenadores de la época, lo que les facilitaba uno de los problemas que toda compañía tenía a la hora de portar el título creado a otras plataformas.
Llegaron a tener tanto control del sistema que la propia Philips les encargó su nuevo proyecto de un sistema operativo para un entorno gráfico de MSX2, que bautizaron con el nombre de EGOS.
Su título de presentación fue "Livingstone Supongo", una gran historia de plataformas donde tomamos el control de Henry Morton Stanley para dirigir la búsqueda africana del afamado Doctor Livingstone, después de años desaparecido. Para ello contamos con un gran arsenal de armas, entre ellas nuestro boomerang, y una pértiga para llegar a los sitios más inaccesibles. Ni que decir tiene que este título los catapultó al éxito inmediato, y la pequeña compañía de la plaza de Ópera empezó a atraer las miradas tanto nacionales como internacionales.
Esta inyección de moral les hizo lanzar al mercado grandes títulos ese mismo año, como "Cosa Nostra", "The Last Mission" o "Goody", ya sin el éxito de su primer programa, pero donde se notaba la gran calidad del equipo, siempre avalados por buenas críticas.
No fue hasta 1988 cuando se empezó a hablar con fuerza otra vez de Ópera, y todo gracias al juego que muchos consideran el mejor abanderado de nuestra particular Edad de Oro del Software patrio, y no es otro que "La Abadía del Crimen". Un juego comercializado solo en España y para las máquinas de 128k que venía de la mano del gran Paco Menéndez y Juan Delcan.
Basado en la famosa novela de Umberto Eco "El Nombre de la Rosa", licencia que no pudieron conseguir en los tres meses de duras negociaciones, nos trasladábamos a una abadía del siglo XIV donde tendremos que investigar los misteriosos y horribles crímenes ocurridos entre sus paredes, infiltrándonos en sus cerradas costumbres religiosas para llamar lo menos posible la atención.
Programado en un Amstrad CPC debido a la necesidad de potencia que necesitaban para plasmar la idea que tenía Paco en la cabeza e imposible de llevar a cabo en otras máquinas. Una vez terminado intentaron comprimirlo para poder meterlo en 64k pero les fue imposible y tuvieron que conformarse con su versión de 128k.
Un grandioso juego que de salida no llegó al éxito que se esperaba de él, quizás por la dificultad del manejo del personaje, o el uso de las 3D que hacía que nos desorientáramos con gran facilidad, pero que hoy en día se ha convertido en un juego de culto, mitificado aún más por la muerte prematura de su creador, Paco Menéndez.
No acabaron ahí sus éxitos, más tarde "Gonzzalezz", "Mutan Zone", "Sol Negro" o la continuación del aclamado "Liviston Supongo", sin olvidarnos de "Mot", que hizo las delicias de los fans del cómic creado por Alfonso Azpiri y Nacho. Todo ello hizo de Opera una de las compañías más prolíficas del panorama nacional, donde siempre era su sello sinónimo de éxito.
También se unieron a la moda de las licencias deportivas, y contaron con la del grandísimo Ángel Nieto y el polémico pero exitoso Poli Díaz, creando sendos juegos para nuestras plataformas favoritas.
Curiosamente, Opera cierra como tal con la continuación de lo que fue el juego que despertó la admiración fuera de nuestras fronteras y hizo comenzar la mejor etapa del software español de todos los tiempos, "Poogaboo". La continuación de nuestra pulga, un gran programa técnicamente que no logró enganchar a la mayoría, y que cerraba este gran capítulo de la historia de nuestro software.
Con todo preparado para trasladarse a su nueva oficina en Lavapiés, Madrid, recibieron una oferta mejor en una pequeña calle cercana a la plaza de Ópera, lo que los hizo decantarse por ella y a la vez resolver la duda que tenían sobre su nuevo nombre comercial.
Curiosamente, decidieron utilizar para su programación el sistema PMDS de Philips, que al tener un entorno multiusuario les permitía emular todos los ordenadores de la época, lo que les facilitaba uno de los problemas que toda compañía tenía a la hora de portar el título creado a otras plataformas.
Llegaron a tener tanto control del sistema que la propia Philips les encargó su nuevo proyecto de un sistema operativo para un entorno gráfico de MSX2, que bautizaron con el nombre de EGOS.
Su título de presentación fue "Livingstone Supongo", una gran historia de plataformas donde tomamos el control de Henry Morton Stanley para dirigir la búsqueda africana del afamado Doctor Livingstone, después de años desaparecido. Para ello contamos con un gran arsenal de armas, entre ellas nuestro boomerang, y una pértiga para llegar a los sitios más inaccesibles. Ni que decir tiene que este título los catapultó al éxito inmediato, y la pequeña compañía de la plaza de Ópera empezó a atraer las miradas tanto nacionales como internacionales.
Esta inyección de moral les hizo lanzar al mercado grandes títulos ese mismo año, como "Cosa Nostra", "The Last Mission" o "Goody", ya sin el éxito de su primer programa, pero donde se notaba la gran calidad del equipo, siempre avalados por buenas críticas.
No fue hasta 1988 cuando se empezó a hablar con fuerza otra vez de Ópera, y todo gracias al juego que muchos consideran el mejor abanderado de nuestra particular Edad de Oro del Software patrio, y no es otro que "La Abadía del Crimen". Un juego comercializado solo en España y para las máquinas de 128k que venía de la mano del gran Paco Menéndez y Juan Delcan.
Basado en la famosa novela de Umberto Eco "El Nombre de la Rosa", licencia que no pudieron conseguir en los tres meses de duras negociaciones, nos trasladábamos a una abadía del siglo XIV donde tendremos que investigar los misteriosos y horribles crímenes ocurridos entre sus paredes, infiltrándonos en sus cerradas costumbres religiosas para llamar lo menos posible la atención.
Programado en un Amstrad CPC debido a la necesidad de potencia que necesitaban para plasmar la idea que tenía Paco en la cabeza e imposible de llevar a cabo en otras máquinas. Una vez terminado intentaron comprimirlo para poder meterlo en 64k pero les fue imposible y tuvieron que conformarse con su versión de 128k.
Un grandioso juego que de salida no llegó al éxito que se esperaba de él, quizás por la dificultad del manejo del personaje, o el uso de las 3D que hacía que nos desorientáramos con gran facilidad, pero que hoy en día se ha convertido en un juego de culto, mitificado aún más por la muerte prematura de su creador, Paco Menéndez.
No acabaron ahí sus éxitos, más tarde "Gonzzalezz", "Mutan Zone", "Sol Negro" o la continuación del aclamado "Liviston Supongo", sin olvidarnos de "Mot", que hizo las delicias de los fans del cómic creado por Alfonso Azpiri y Nacho. Todo ello hizo de Opera una de las compañías más prolíficas del panorama nacional, donde siempre era su sello sinónimo de éxito.
También se unieron a la moda de las licencias deportivas, y contaron con la del grandísimo Ángel Nieto y el polémico pero exitoso Poli Díaz, creando sendos juegos para nuestras plataformas favoritas.
Curiosamente, Opera cierra como tal con la continuación de lo que fue el juego que despertó la admiración fuera de nuestras fronteras y hizo comenzar la mejor etapa del software español de todos los tiempos, "Poogaboo". La continuación de nuestra pulga, un gran programa técnicamente que no logró enganchar a la mayoría, y que cerraba este gran capítulo de la historia de nuestro software.