AUTOPISTA AL ÉXITO
Vortex es una compañía que puede que no sea muy conocida para muchos aficionados del Spectrum. Sin embargo, para aquellos de nosotros que vivimos la primera época de nuestra querida computadora, recordamos su contribución y cómo nos mostró que el Spectrum era capaz de manejar gráficos en 3D, siempre compartiendo el reconocimiento con Sandy White y su juego Ant Attack, y poco antes de la llegada del poderoso motor de juegos Filmation.
Con juegos tan conocidos de esa primera época como la saga Androide, Cyclone y el venerado Tornado Low Level, todos ellos desarrollados por el programador Costa Panayi, en Vortex dejó su huella. Al final, el señor Costa acabó diseñando juguetes para Fisher Price, lo cual es una prueba del gran talento que poseía.
El juego del que hablaremos, Highway Encounter, es difícil de clasificar, fácil de entender y complicado de jugar. El planeta ha sido invadido por extraterrestres y la única manera de acabar con todos ellos es destruir su nave nodriza. Para lograrlo, nuestra única oportunidad de salvar el mundo recae en un dispositivo llamado Lasertron, un arma capaz de destruir cualquier nave gigantesca e indeseable. Hasta ahí, todo parece sencillo, pero nos damos cuenta de que, a pesar de contar con tecnología avanzada, debemos empujar el aparato hasta las proximidades de la nave para que surta efecto. Y como parece pesar más que un carrito del supermercado a principios de mes, con la rueda girada a la izquierda, se ha asignado la misión a unos robots llamados Vortons, exactamente cinco, para que, entre todos, puedan llevar el artefacto sano y salvo hasta la zona cero, donde se activará y destruirá la imponente nave.
Ahora nos enfrentaremos al desafío de recorrer la autopista donde aterrizó la nave, la cual está dividida en 30 zonas o pantallas. Cada una de ellas representa un desafío, y para complicar las cosas, el Lasertron solo puede ser empujado en línea recta. Tomaremos el control total de un Vorton y deberemos limpiar el camino de obstáculos y extrañas y horripilantes criaturas, al mismo tiempo que protegemos a los Auto-Vortons, los robots encargados de empujar el artefacto, los cuales morirán con el más mínimo contacto enemigo. La inteligencia de estos Auto-Vortons es nula, por lo que avanzarán como pollos sin cabeza, empujando el artefacto hacia adelante sin precaución alguna. Es crucial estar pendientes de nuestra propia vida y de la vida de los Auto-Vortons en todo momento, ya que la misión terminará si los cinco robots mueren.
El panel de información es estético y funcional, todo está claramente entendido. Sin embargo, hay una barra denominada "Power" que resulta visualmente atractiva pero que tiene un uso prácticamente insignificante, solo indica la velocidad de disparo, es decir, cuántas bolas de energía podemos tener en pantalla al mismo tiempo.
No he mencionado la pantalla de opciones, pero es una de las más atractivas que he visto en el Spectrum. Utiliza las mismas tres dimensiones que el juego y nos permite ver una demostración automática del mismo, así como toda la información sobre los personajes, la misión a realizar y las teclas de control. Sin embargo, como punto negativo, no se nos permite personalizar las teclas a nuestro gusto.
Al principio, la dificultad del juego es bastante alta, pero rápidamente iremos cogiendo el truco para manejar al robot, aunque esto no reducirá en absoluto la gran dificultad de su control. Después de algunos enfados con los Auto-Vortons y con un poco de paciencia (no mucha, ya que el tiempo juega en nuestra contra), iremos avanzando cada vez más. Además, algunas zonas están bastante limpias, por lo que en poco tiempo superaremos este desafío en la autopista.
Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que Highway Encounter fue la mejor obra de Costa Panayi y, sin duda, su juego más reconocido para el ZX Spectrum.
Su secuela no tardó en aparecer. Había que aprovechar el impulso, pero esta vez sin la prodigiosa mano de Costa. Alien Highway también cosechó muchos éxitos, aunque sin aportar nada nuevo o diferente que lo diferenciara de su primer programa. Incluso diría que era un poco más aburrido, sin la gracia de los Auto-Vortons y con escenarios menos atractivos. Además, el Lasertron, ahora llamado Terratron, podía moverse libremente por toda la pantalla.
Es una pena que este hombre terminara fabricando sonajeros, pero antes de eso nos dejó un pequeño pero valioso legado.
Vortex es una compañía que puede que no sea muy conocida para muchos aficionados del Spectrum. Sin embargo, para aquellos de nosotros que vivimos la primera época de nuestra querida computadora, recordamos su contribución y cómo nos mostró que el Spectrum era capaz de manejar gráficos en 3D, siempre compartiendo el reconocimiento con Sandy White y su juego Ant Attack, y poco antes de la llegada del poderoso motor de juegos Filmation.
Con juegos tan conocidos de esa primera época como la saga Androide, Cyclone y el venerado Tornado Low Level, todos ellos desarrollados por el programador Costa Panayi, en Vortex dejó su huella. Al final, el señor Costa acabó diseñando juguetes para Fisher Price, lo cual es una prueba del gran talento que poseía.
El juego del que hablaremos, Highway Encounter, es difícil de clasificar, fácil de entender y complicado de jugar. El planeta ha sido invadido por extraterrestres y la única manera de acabar con todos ellos es destruir su nave nodriza. Para lograrlo, nuestra única oportunidad de salvar el mundo recae en un dispositivo llamado Lasertron, un arma capaz de destruir cualquier nave gigantesca e indeseable. Hasta ahí, todo parece sencillo, pero nos damos cuenta de que, a pesar de contar con tecnología avanzada, debemos empujar el aparato hasta las proximidades de la nave para que surta efecto. Y como parece pesar más que un carrito del supermercado a principios de mes, con la rueda girada a la izquierda, se ha asignado la misión a unos robots llamados Vortons, exactamente cinco, para que, entre todos, puedan llevar el artefacto sano y salvo hasta la zona cero, donde se activará y destruirá la imponente nave.
Ahora nos enfrentaremos al desafío de recorrer la autopista donde aterrizó la nave, la cual está dividida en 30 zonas o pantallas. Cada una de ellas representa un desafío, y para complicar las cosas, el Lasertron solo puede ser empujado en línea recta. Tomaremos el control total de un Vorton y deberemos limpiar el camino de obstáculos y extrañas y horripilantes criaturas, al mismo tiempo que protegemos a los Auto-Vortons, los robots encargados de empujar el artefacto, los cuales morirán con el más mínimo contacto enemigo. La inteligencia de estos Auto-Vortons es nula, por lo que avanzarán como pollos sin cabeza, empujando el artefacto hacia adelante sin precaución alguna. Es crucial estar pendientes de nuestra propia vida y de la vida de los Auto-Vortons en todo momento, ya que la misión terminará si los cinco robots mueren.
El panel de información es estético y funcional, todo está claramente entendido. Sin embargo, hay una barra denominada "Power" que resulta visualmente atractiva pero que tiene un uso prácticamente insignificante, solo indica la velocidad de disparo, es decir, cuántas bolas de energía podemos tener en pantalla al mismo tiempo.
No he mencionado la pantalla de opciones, pero es una de las más atractivas que he visto en el Spectrum. Utiliza las mismas tres dimensiones que el juego y nos permite ver una demostración automática del mismo, así como toda la información sobre los personajes, la misión a realizar y las teclas de control. Sin embargo, como punto negativo, no se nos permite personalizar las teclas a nuestro gusto.
Al principio, la dificultad del juego es bastante alta, pero rápidamente iremos cogiendo el truco para manejar al robot, aunque esto no reducirá en absoluto la gran dificultad de su control. Después de algunos enfados con los Auto-Vortons y con un poco de paciencia (no mucha, ya que el tiempo juega en nuestra contra), iremos avanzando cada vez más. Además, algunas zonas están bastante limpias, por lo que en poco tiempo superaremos este desafío en la autopista.
Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que Highway Encounter fue la mejor obra de Costa Panayi y, sin duda, su juego más reconocido para el ZX Spectrum.
Su secuela no tardó en aparecer. Había que aprovechar el impulso, pero esta vez sin la prodigiosa mano de Costa. Alien Highway también cosechó muchos éxitos, aunque sin aportar nada nuevo o diferente que lo diferenciara de su primer programa. Incluso diría que era un poco más aburrido, sin la gracia de los Auto-Vortons y con escenarios menos atractivos. Además, el Lasertron, ahora llamado Terratron, podía moverse libremente por toda la pantalla.
Es una pena que este hombre terminara fabricando sonajeros, pero antes de eso nos dejó un pequeño pero valioso legado.